Luego de varias semanas de trabajo junto a su tío - que allí ayuda como entrenador - Samuel lucía contento su uniforme nuevo de “Los Jaguares” el día que se reinauguraba la cancha, celebrando no sólo lo moderna que quedó, sino el proceso cómo se llevó a cabo, sumando mano de obra voluntaria de la comunidad junto al apoyo en formación y materiales suministrados por Fundación Impronta para su ejecución.
Nada de esto habría ocurrido sin la suma de tanta gente que formó parte del Reto Impronta 42k a finales de 2020, a pesar de la incertidumbre causada por la pandemia. Esta historia es, en primer lugar, para decirles nuevamente a cada uno de esos corredores: ¡GRACIAS!, pero sobre todo para mostrar que lo prometido, lo hemos alcanzado con creces y es lo que más nos emociona transmitir al hacer nuestro trabajo.
Junto a la cancha, hemos venido dotando a las diversas escuelas deportivas tanto de varones como de niñas – voleibol, basquetbol y fútbol sala – con balones, uniformes, zapatos e implementos como mallas y redes para mejorar sus prácticas y torneos. La noticia pica y se extiende y nos alegra que ello haya sido motivo para que se reactiven otras canchas y escuelas deportivas de toda la parroquia que sueñan ahora con mejorar sus condiciones y sobre todo, poner a los chamos a hacer deporte en condiciones ideales.
Pero más allá de implementos e
infraestructura, cuyo logro es muy tangible y podemos transmitir con
contundencia a través de redes, la transformación que proponemos se centra más
en las personas; en adultos, niños y jóvenes que, como Samuel, inspiramos y
formamos por medio de nuestro trabajo. Esa es la verdadera historia que
deseamos contar en Impronta.
Durante estos meses, antes de entregar un solo balón o reparar una cerca, nuestro trabajo se orientó a brindar formación a una red de entrenadores de Caucagüita como Junior - el tío de Samuel – así como Alex o Alexander que lideraron la renovación de la cancha; pues solo fortaleciendo las propias capacidades existentes en la comunidad podremos llegar a más niños y adolescentes usando el deporte como herramienta de superación.
Cientos de venezolanos en casi 70 ciudades alrededor del mundo atendieron nuestra invitación para correr por “los chamos de Caucagüita” y en menos de un año convertimos el programa deportivo de Fundación Impronta en un motor para el desarrollo de la comunidad de Caucagüita. No hay palabras suficientes para agradecer la confianza, pero si trabajo tangible para mostrarlo.
Sigamos haciendo del deporte, un motor de la solidaridad con propósito real. ¡Gracias!
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