sábado, 13 de septiembre de 2014

Esperanza y verdad

Esperanza y verdad
Discurso por los 15 años del Centro de Salud Santa Inés UCAB


Apreciados colaboradores, directivos y familiares del Centro de Salud Santa Inés UCAB:

Santa Inés llega a estos 15 años en tiempos turbulentos (muy turbulentos diría yo), aunque si recorremos nuestra historia, no hemos dejado nunca de estar en tiempos turbulentos. Y eso no nos ha frenado para construir lo que hoy vemos que hemos construido. Y no hemos construido sólo edificios, laboratorios, servicios, programas; hemos construido solidaridad y esperanza. Solidaridad y esperanza en un país que parece perderlas a ambas. Y lo hemos hecho nosotros, y lo hemos hecho JUNTOS.

Hoy quise escribir lo que quería decir para evitar el riesgo de encadenarme, pues todos queremos y deseamos más acciones que palabras. Y en ese esfuerzo de síntesis para definir de alguna manera lo que han representado estos 15 años, se me perfilaron dos palabras: justamente una que mencioné antes, ESPERANZA, y VERDAD.

Santa Inés es sin duda una señal de esperanza para nuestro país, una señal de esperanza para quienes día a día ven en nuestras manos una alternativa para su salud y su dignidad, y muy especialmente una señal de esperanza para quienes continuamos aquí. Para quienes viendo lo que somos capaces de edificar, no desfallecemos y seguimos soñando. Soñando y haciendo. Haciendo y volviendo a soñar. Fechas como las que hoy conmemoramos son espacios para evaluar, para reflexionar; pero también para celebrar esos sueños que se concretaron y que hoy hacen que podamos ser una institución reconocida por su prestigio.

Esperanza no quiere decir que no reconozcamos los problemas que tenemos, las dificultades, las angustias tanto institucionales como personales en cuanto a los inconvenientes económicos y de inseguridad que nos afectan día a día. Esperanza es que aún sintiéndonos frágiles seguimos adelante. Esperanza es afrontar el temor de ese duro dicho que reza: "lo que se construye con las manos, se destruye con los pies" y aún así, seguir poniendo nuestras manos para construir.

Somos un pedacito minúsculo de toda Venezuela, pero existiendo e impactado en lo que nos compete, somos ESPERANZA para toda Venezuela.

Pero Santa Inés también es VERDAD. Les confieso que procuro usar esa palabra con enorme precaución, pues siempre he percibido que suele usarse con mucha ligereza y cierto grado de prepotencia. La traigo a colación por la necesidad que tenemos como venezolanos de vivir en la verdad. Tomo la idea de un libro que me he estado leyendo de quien fuera un dramaturgo checoeslovaco y luego líder del cambio que dio su país desde 1989, Václav Havel. Escribió ese pequeño libro titulado "El poder de los sin poder" estando en la cárcel e hizo constantes críticas sobre los regímenes que viven de mentira en mentira, tapando una con otra como en un círculo vicioso interminable. Algo parecido a la Venezuela que vivimos hoy. Allí transmitió, que los ciudadanos comunes y corrientes, sin la necesidad de ser genios (sin necesidad de tener "poder" y de allí el nombre del libro) podían generar cambios con su particular voluntad de "vivir en la verdad”. Y allí radica el poder, de los sin poder.  

Yo creo de corazón que en Santa Inés como conjunto hemos vivido de verdad y hemos vivido en la verdad. Nada hay más contundente que nuestra historia juntos. Nuestras cifras, las historias de vida que hay detrás de cada paciente atendido, nuestro impacto, nuestro continuo caminar adelante a pesar de las adversidades y de nuestras diferencias individuales. Nada ha sido obra de una campaña comunicacional ni de una estrategia promocional. Ha sido el esfuerzo de quienes nos precedieron, de quienes pasaron por aquí y dejaron su huella y de los que estamos hoy aquí, con familia incluida como parte de ese gran logro.

Hoy nuestros 15 años transmiten una verdad.
Una verdad como que el 35% de los habitantes de las parroquias de Antímano, La Vega, Caricuao, Macarao y El Paraíso saben de nosotros o vienen a nosotros.
Hoy nuestros 15 años transmiten una verdad, así como:
las 472.993 consultas realizadas
las 66.334 sesiones de rehabilitación
los 282.969 pacientes servidos en laboratorio
los 313.999 estudios de diagnóstico por imágenes
los 65.300 procedimientos realizados en nuestros consultorios
los 20.110 estudios de exploraciones cardiovasculares
o los 100.096 diversos servicios generales dados en nuestro centro.

En fin, 1.321.801 servicios prestados desde el 13 de septiembre de 1999 cuando abrimos esas puertas, hasta ayer 12 de septiembre de 2014. Así como el empuje decidido para la creación de Avessoc, los programas de promoción de estilos de vida saludable, los adolescentes que hoy ven aquí una alternativa en salud sexual y reproductiva, la campaña Amigo Solidario que nos hace llegar a quienes queremos llegar. Y podemos seguir contando.

Nos toca decir la verdad, con obras, con trabajo. Y no con esto decimos que todo ha sido color de rosa. Somos parte de este país, con sus virtudes y sus defectos, con sus altas y sus bajas, con sus días soleados y también con los lluviosos. Pero por encima de toda adversidad, en nuestros 15 años hemos trabajado en la verdad para todos y hemos construido esperanza para todos.

La mayor celebración que podemos hacer es seguir apostando al futuro. Es la mejor manera de rendir homenaje a aquellos que hoy no están entre nosotros pero dejaron su sello: el Padre Azagra, el Doctor Paradisi, Flor Torcat, Zailé Noa, Lenny García. También muchos otros que decidieron su futuro profesional en otros horizontes, pero que dejaron su impronta. Particular mención hago de María Matilde Zubillaga quien dejó unos cimientos sólidos para lo que es hoy Santa Inés y a quien pedimos particularmente a Papá Dios por su salud; así como de Pari, una santa de carne y hueso que tuvimos el privilegio de conocer, quien vió que su futuro estaba en otras fronteras pero que recordamos día a día su capacidad de escuchar y servir al prójimo.

Miremos hacia adelante. Santa Inés quiere seguir construyendo edificios, servicios y programas, así como esperanza, solidaridad y verdad. Azagra siempre nos invitó a soñar. No podría yo transmitir algo distinto. Sigamos soñando y gracias a todos ustedes por hacer de esos sueños una realidad para Venezuela. Muchas gracias!


Bernardo Guinand Ayala
13 de septiembre de 2014

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