martes, 17 de junio de 2025

¡Corre o encarámate! 3 claves para la sostenibilidad en la Venezuela de hoy

Bernardo Guinand Ayala*
 
En la gestión de las organizaciones de la sociedad civil (OSC), muy particularmente en Venezuela, buscamos fórmulas mágicas para nuestro financiamiento. Queremos resolver todos los desafíos sociales que tiene el país, pero ansiamos que los recursos lleguen como el maná caído desde el cielo.   
 
Lamento decepcionarte porque aquí no vas a encontrar esa fórmula mágica, de hecho, en ningún lugar la encontrarás sino con mucho trabajo y disciplina. Lo que si te espera es un verdadero sacudón porque ¡o corres o te encaramas! Si no has apuntado a estas tres claves, puede que tu organización esté en riesgo. Y no es amarillismo, sino que la competencia es mayor, los recursos son cada vez más escasos y las fórmulas del pasado que movían el motor de las organizaciones en Venezuela ahora no son suficientes.
 
Alianzas: ¡Si, lo sé! Suena a cliché y 100% obvio. Quién dentro de su discurso no habla de trabajar en alianzas, pero ¿realmente las alianzas que tienes suman al propósito de todos los aliados? o ¿eres de los que busca aliados sólo por el dinero?
 
Las alianzas verdaderas deben sumar valor a todas sus partes, sin desviar la atención de la misión de nuestras organizaciones. Cuando te propones ser el aliado ejecutor de un programa de una empresa en un lugar del país y en unas áreas que se diferencian de tu razón de ser ¿estás realmente aliándote con criterio? ¿estás apuntando a tu misión? o simplemente estás buscando sobrevivir en una Venezuela compleja.
 
Ojo, no quiero decir que seamos inflexibles y no podamos adaptar nuestros programas a las posibilidades de financiamiento que pueda suponer una alianza, pero vale la pena evaluar realmente con quién, dónde y para qué debemos aliarnos.
 
Me gusta usar el ejemplo de los Pequeños Cantores de Caucagüita, porque son tres sus aliados y sin las tres patas de esa mesa, el programa no existiría. Los tres tienen igual peso y responsabilidad con la alianza. La Fundación Schola Cantorum dirige la orquesta, es quien técnicamente sabe cómo dirigir un coro de niños; Fundación Impronta abre el camino en la comunidad, busca locación, beneficiarios, asegura que el director llegue a los ensayos; y la Fundación MMG lidera la búsqueda del financiamiento, mas no exclusivamente porque todos ponen sus recursos. Lo más importante, las tres organizaciones apuntan a su misión, pues tienen como foco el desarrollo del talento de niños y jóvenes a través de actividades educativas y culturales.       

Diversificación de las fuentes de financiamiento: Las OSC venezolanas se atrincheraron durante décadas en la responsabilidad social de las empresas y, tras el decrecimiento de la actividad económica que mermó estos aportes, apelaron por recursos provenientes de la ayuda humanitaria. Esta última va en estrepitoso descenso y quizás la RSE ha vuelto a dar luces, pero no para amparar el complejo entramado de las necesidades sociales. Adicionalmente, es cada vez menor el importe vía RSE que soporta el financiamiento de la operatividad regular de la OSC.
 
Es clave, casi urgente, aprender a diversificar las fuentes de financiamiento como estrategia de
salud institucional. Y no hay que desplegar mil estrategias, pero tampoco depender exclusivamente de la aprobación de un proyecto una vez por semestre.
 
Cada organización buscará, entre sus fortalezas y talentos, cuáles otras vías de financiamiento pueden sumar a su portafolio. ¿Donantes individuales, grandes donantes, eventos, fidelización, estrategias digitales, autofinanciamiento profesionalización en grants, servicios a empresas? Las posibilidades son múltiples, pero todas requieren profesionalización. La clave está en definir el foco y prepararse.
 
Este tema ha sido una “sana” preocupación que hemos tenido en Fundación Impronta y, aún con muchísimo por aprender y consolidar, nos anima constatar que, año a año, ninguna de las estrategias supera el 25% del peso del financiamiento.             
 
Involucramiento: ¡Oído al tambor! Ya nadie quiere ser un donante pasivo. Esa práctica de enviar una carta - física o por mail - apelando a la solidaridad de un donante para mover su fibra a través de las líneas de tu mensaje, es cosa del pasado.
 
Muchos donantes quieren ser protagonistas de la manera como – juntos – transforman la vida de tus beneficiarios. Habrá los más racionales – entre ellos las empresas – que evaluarán el impacto de su aporte y cuánto suma a su marca o reputación, leerán tu informe y visitarán tus programas. Pero también están los donantes que no se moverán con una carta y un “gracias”; aquellos que esperan que los invites a hacer algo de su gusto o interés y obtener algún “beneficio”, como disfrutar la cena anual o llevar a su equipo gerencial a un torneo de pádel pro-fondos, hacer algún tipo de voluntariado donde conozca a los beneficiarios de tus programas o participar en un evento alineado con sus intereses.
 

Descubrir qué gusta y/o motiva a tus donantes y cuál oferta real les puedes proveer será parte de tus desafíos. Como en el mercadeo, no todo el mundo tiene que ser tu cliente, así que buscar tu nicho debe ser parte de tu estrategia.
 
Mi mayor aprendizaje en este tema fue la creación del Reto Impronta, la principal campaña de promoción y fundraising de Fundación Impronta. Invitamos a la gente a hacer aquello que les gusta hacer: correr. Los recursos aportados son los que ellos mismos estarían dispuestos a pagar por participar en alguna carrera, pero con el aliciente de hacerlo por una causa más allá de su bienestar o reto personal: oportunidades para nuestros chamos de Caucagüita.
 
Tres prácticas claves y un llamado a la acción. Entonces, ¿corres o te encaramas?  
 
17 de junio de 2025
 
*Bernardo Guinand Ayala es fundador y presidente de Fundación Impronta y promotor de la Asociación Venezolana de Fundraising

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