BGA
Entra un hombre en un burdel,
altanero y guachamarón, con ínfulas de conquistador, y le pregunta a la
prostituta que lo recibe: “¿cómo te llamas?”, a lo que la meretriz le
responde: “¿cómo quieres llamarme?”
Así mismo está ocurriendo con
diversas formas de gobierno que cada quien tuerce a su antojo y, como si se
tratara de una prostituta, todos quieren llamarla Democracia.
Ningún totalitarista habla en
nombre del totalitarismo.
Ningún dictador se afana en proclamarse
dictador.
Ningún nepotista habla en
favor del nepotismo.
Incluso las monarquías hoy se
refugian bajo su tutela.
Todos la llaman Democracia.
No es secreto que ella,
otrora refinada dama, símbolo de la libertad, la justicia y la equidad, ahora
está en crisis y reducida a dama de compañía en el mundo entero. Bajo su pulcro
manto aprendieron a resguardarse violadores disfrazados de caballeros. Y es un
fenómeno del que no escapan diestros o zurdos, libertarios o comunistas, europeos
o americanos. La democracia está en crisis.
Reducir la práctica de la democracia
exclusivamente al “acto electoral” es tan simplista como peligroso. Así que es
preciso encender alarmas a tiempo, pues cuando creas que “no te puede pasar”
quizás sea demasiado tarde.
- Si insisten que “necesitan tiempo” … pongan freno en el acto. La reelección indefinida es la afrenta más grande contra una democracia. La alternancia es innegociable.
- Si usan como pretexto “nosotros tenemos dignidad” … húyanles. Quien se llena la boca diciéndolo suelen ultrajar la dignidad del ser humano.
- Si se escudan en “la autodeterminación de los pueblos” … desconfíen. Suelen ser explotadores que quieren mantener al mundo a raya de sus fechorías.
- Si la mentira - obvia y grotesca
- la normalizan como un mantra… no se rían. Decía Havel: “la mentira, aún
cuando no la aceptes, ratifica el sistema, lo consolida, lo hace …”
- Si siempre se trata de un enemigo externo, sin importar el nombre que le inventen… pilas. El autoritarismo siempre fabrica un culpable, un traidor, un otro.
- Si cada vez se parecen más a lo que criticaron… están advertidos. La doble moral es siempre un indicador de alarma. Promesas para ganar, mentiras al gobernar.
Democracia, esa con letras
grandes aún sin ser perfecta, debe ser, sobre todo, respeto fundamental al
estado de derecho, tolerancia y diálogo, convivencia, alternancia, libertad
para elegir y ser elegido, equilibrio de poderes, oportunidades para todos. Al
quebrarse cualquiera, póngale otro nombre. La democracia no debería prostituirse
a tal punto que solo caliente la cama de la “jornada electoral”, pues reducida
a tal punto, puede llegar el momento que hasta eso sea violado.
La democracia está en crisis
y hay que reinventarla. No podemos seguir llamando Democracia a una cualquiera.
31 de agosto de 2024