Esta semana me
ocurrió una de esas situaciones inéditas a las cuales está expuesto un papá en
la Venezuela convulsionada y venida a menos como consecuencia del fulano “Socialismo
del siglo XXI”. Miércoles por la tarde llego a mi casa en pleno momento en que
las tareas están por terminar y la movida del baño y preparación de la cena a
punto de arrancar. Me encuentro a Mimina - mi esposa - sola sentada en la mesa
del comedor donde generalmente Ale (9 años) y Nando (7 años) hacen sus tareas
cada tarde. Aprovechando la ausencia de ambos, Mimina me pela los ojos para que
vea algo en el libro de tareas que tiene en frente. Son pocas palabras las que
cruza: “mira la tarea de tu hijo hoy”.
Bernardo Andrés Luis
(Nando) está en primer grado; ya lee bastante corrido, sin embargo, esas tareítas
de comprensión lectora donde luego de leer tiene una serie de preguntas requieren
de una paciencia especial, mas de los padres ciertamente. Ese día su tema tenía
que ver con un mago llamado Chiviricoco. Luego de haber leído con su mamá, se
quedó solo haciendo el esfuerzo de responder las preguntas. Cuando Mimina va a
revisar se da cuenta que de primero respondió la pregunta 3) Si tú
fueras mago ¿qué harías? La respuesta
de Nando aún me genera todo tipo de sentimientos: “Aría que mi país tenga de todo”
Para quien esté
leyendo esto, supongo que ha hecho una pausa en el párrafo anterior y le debe haber
generado diversas reacciones. Evidentemente a mí como papá, todos los
sentimientos habidos y por haber se me revuelven, pero por las diversas
respuestas que al colgar la foto en redes sociales tuve, se que a todos nos
toca está realidad diversas fibras. Unos me han demostrado haberse enfocado en
la bondad de los deseos de mi hijito, a otros se les revuelve el estómago de
pensar que nuestros hijos estén viviendo – por la ineficiencia y maldad de
algunos – esta situación. Otros me cuentan que ellos saldrán fortalecidos de
esto y algunos cuantos podrían inferir que los padres no deberían involucrar a
sus hijos con la realidad dura del país. El hecho es que Nando nos movió el
piso y sin embargo, como casi-siempre, procuro ver lo positivo de todo esto. Me
conmueve sobremanera la forma en que redactó su oración y destaco el hecho de
que a pesar de todo, Nando haya hablado de “mi
país”. Pues eso es lo más cierto de todo, este es nuestro país, el único
que tenemos, la única nacionalidad con un pasaporte a nuestro nombre; pero por
sobretodo, es el país que nos han enseñado a amar, en el que hay una tradición
arraigada a trabajar por él con honestidad y una historia en cada rincón que
hayamos pisado de su tierra.
Ese día, ese
miércoles, la tarea de Nando no fue la única conexión con Venezuela que vivimos
como familia. Horas más temprano, Mimina había sostenido una conversa por
teléfono con la esposa de un primo mío. El tema: el bendito plan B. Por supuesto que las mujeres, mas aterrizadas y
menos románticas que estos hombres con sus particulares genes Guinand, ponían
la mirada en el futuro y “lo mejor para los hijos”. A la final se dieron cuenta
que ambas habían hablado con nosotros exactamente los mismos puntos y que tanto
Juan como yo habíamos coincidido en respuestas. La primera inquietud en la cual
coincidían era en descubrir cual era nuestro límite, ¿qué tendría que pasar
para decidir irnos de aquí? Al final, Juan fue muy claro en comentar que no se
ve trabajando en otro país viendo lo que ocurre en Venezuela sin poder hacer
nada.
Otra cosa en la cual
coincidimos, además de ese amor particular que nos han inculcado por este país,
es que aquí, más que trabajo, algunos tenemos proyectos de vida y que
justamente por la difícil situación que vive Venezuela, nuestro aporte no puede
ser más relevante en ningún sitio sino aquí.
Por supuesto, las
dos esposas de este par de Guinand no les quedó otra que reír y comentar que
hemos sido cortados por la misma tijera. Y por supuesto que tampoco sé que
ocurrirá a futuro y cual será nuestro destino. Hoy escribo estas letras
mientras en Venezuela siguen asesinando a personas por pensar distinto,
torturando jóvenes para sembrar miedo al más burdo estilo de las dictaduras del
siglo XX y poniendo presos a políticos para truncar las vías democráticas.
Y si yo fuera mago
¿qué haría? Ciertamente, con el modelo que he tenido poco creo en soluciones fantásticas
y apuesto por el estudio, el trabajo y las aspiraciones para construir país. Yo
lo que haría es dar una oportunidad, la oportunidad de cambiar las cosas.
Necesitamos que se nos abra una ventana para demostrar que podemos encaminar a
Venezuela hacia el progreso, necesitamos que se abra una oportunidad de
construir un país para TODOS. El trabajo no será fácil, pero pido todos los
días a Dios que en algún momento se revierta este proceso destructivo y podamos
empujar un país hacia adelante donde cada quien progrese y que el esfuerzo honesto
que ponga cada quien sea el único límite para las aspiraciones individuales y
colectivas.
excelente primo ... me encanta!!! cuídense mucho
ResponderEliminarGracias primita, un abrazo
EliminarExcelente reflexión Bernardo. Yo también pienso lo mismo. No quero vivir en otro pais que no sea Venezuela. Es un mensaje de esperanza y optimismo que comparto plenamente.
EliminarAcertada. Elocuente, y podría decir, sin temor a equvocarme, que MUY HERMOSA, la respuesta de Bernardo Andrés!
ResponderEliminarEs mi respuesta y la de TODOS los que conservamos la esperanza de reconstruir, con trabajo, honestidad y esfuerzo a nuestra Venezuela.
Al igual que tu primo tampoco me veo trabajando fuera de mi país, sin hacer nada por mejorar nuestra dura y difícil realidad.
Creo que, con la ayuda de DIOS, y nuestra contribución unida, valiente y constante podemos encaminar a Venezuela hacia el progreso, estando persuadida que no será una tarea fácil.
Un amoroso saludo para toda la querida familia Guinand Ayala. y la bendición para Bernardo Andrés Luis, digno sucesor de ustedes.
Un millón de gracias!
EliminarA ti, mi qauerido e inovidable alumno de SIEMPRE!
EliminarAfectuosamente,
Rita.
P.D. Un afectuoso abrazo, para Eduardo y Elizabeth. SIEMPRE presentes en mi corazón y oraciones!