La vida está llena
de sorpresas, de situaciones inexplicables que nos suceden a diario. Algunas
buenas, otras no tanto.
Mucha gente insiste
en que todo tiene su razón de ser, que no existen casualidades sino que todo
tiene un origen, un principio, una causa. No me detengo en esa premisa. Lo que
si es cierto es que al estar pilas con lo que pasa a nuestro alrededor, al
conversar con gente sencilla que nos rodea y a veces no conocemos, se
sobrevienen una serie de circunstancias que nos asombran y que, en el caso de
lo que aquí relato, nos alegran y emocionan.
En años recientes,
entre varios de mis primos Ayala echamos broma de la "popularidad" de
algunos transmitiendo lo que hacemos a través de diversos medios de comunicación.
Particularmente, un par de primos y yo hemos acudido con alguna frecuencia a
programas de radio y tv, promoviendo nuestro trabajo y eso que nos apasiona.
Frida, probablemente
la más popular de este trío, se ha dedicado a divulgar el trabajo que hace
desde la A.C. Ascenso, la cual promueve el deporte de aventura. Luego de enviudar
de José Antonio - reconocido montañista venezolano quien coronó el Everest
junto a Proyecto Cumbre - Frida mantuvo el proyecto que comenzó con José
Antonio y transmite con pasión su premisa: “cada quien tiene su Everest, ¿cuál
es el tuyo?”. Carlos, permanente luchador por la libertad, además de su trabajo
se ha involucrado incansablemente con la ONG Ciudadanía Activa para promover la
participación y los derechos civiles y políticos en Venezuela. Y por mi parte,
he aprovechado los medios para difundir la labor del Centro de Salud Santa Inés
UCAB, sobretodo para demostrar que los venezolanos podemos construir y mantener
modelos de salud y acción en lo social de buena calidad y accesibles a la
colectividad que lo necesita.
Hecha esa introducción familiar, relato los sucesos de aquel 13
de septiembre de 2012. Un nuevo aniversario del Centro de Salud Santa Inés
UCAB. Sabiendo de dicho aniversario, el veterano comunicador y gran amigo nuestro
Jesús "Chuo" Torrealba nos había contactado para transmitir una vez más
las buenas noticias del Centro a través de su programa "El Radar de los
Barrios". Con la idea de buscar audiencia, difundí un mensaje por el
teléfono para que mis contactos supieran que ese día estaría hablando por radio.
Mi conversa con Chuo fue como siempre placentera. Desde que
nos conoce se ha convertido, además de nuestro principal promotor por radio, tv
y Twitter, en nuestro paciente. Ya con la introducción que hizo de Santa Inés,
poco tenía yo que agregar. Sin embargo lo más bonito vino después.
Al rato de la entrevista recibo una llamada por mi teléfono
directo de la oficina. No sé como la señora que llamaba obtuvo mi teléfono, lo
cierto es que ha sido una de las conversas más bonitas que he tenido en toda mi
vida. Me dijo que se llamaba Carmen y que vivía en Ruiz Pineda. Que acababa de
oír la entrevista por “el radar”, pero que no era la primera vez que me oía en
radio. Dijo cosas fantásticas sobre lo que yo podía transmitir y me emocionó
saber que a través de mi voz se pueda proyectar lo que me gusta mi trabajo. La
Sra. Carmen literalmente se encadenó diciéndome que era de origen humilde, que
ella a la única universidad que había asistido era a la “universidad de la vida”.
Luego mencionó lo clave: ella era paciente de Santa Inés y por eso sabía que lo
que yo decía no era falso. Me dijo que a ella se le dificultaba asistir a una
clínica pues no podía pagarla, pero que la situación de los servicios públicos
era crítica. Me dijo que si bien todos como personas somos iguales, ella sentía
que si existen diferencias pues no todos pueden recibir los mismos servicios.
Pero, destacó que ahora, gracias a instituciones como el Centro de Salud Santa
Inés UCAB, puede acceder a un sitio donde la atiendan con DIGNIDAD. Eso me
emocionó rotundamente, pues desde sus orígenes, el Padre Azagra siempre insistió
que nuestra propuesta tenía que enfocarse fundamentalmente en la dignidad del
ser humano.
Finalizando, la Sra. Carmen me dijo, entre bendiciones y
palabras de ánimo, que eso que ella me estaba diciendo no quería decírmelo solo
a mí. Me dijo que ella usualmente llama a un programa en Radio Capital donde le
permiten transmitir sus opiniones con la audiencia. Que el programa se llama “No
es lo mismo” y que ella trataría de contactarlos esa misma tarde. Nuevamente,
segunda vez en el día, me mencionan un programa radial que no conocía, sin
embargo, al decírmelo me llamó mucho la atención y corrí a ver mi celular para
revisar el mensaje de Carlos. Efectivamente, si había oído bien a nuestra
paciente, parecía que hablaba del mismo programa que Carlos había mencionado
horas antes.
Transcurrió el mediodía y la tarde. Al final de ese día me
tocó reunirme con el Rector de la UCAB, P. José Virtuoso para ponernos al día.
Entre cigarros y puntos de agenda, veo que mi celular, prudentemente
silenciado, comienza a vibrar en señal de llamada. En la pantalla aparece “Carlos
Villasmil”. Por respeto a la reunión no atiendo y tranco la llamada. Al minuto
vuelve a sonar y procedo igual. Aprovecho otra prendida de cigarro del Rector y
una llamada que él hace para escribir a Carlos. Rápidamente escribo: “Estoy
reunido en rectorado. ¿No me digas que la Sra. Carmen de Ruiz Pineda llamó a tu
programa?”. Rápidamente responde diciéndome que como sabía y que por favor lo
llamara apenas terminara la reunión.
Carlos es como hermano mío, pero ese día lo sentí más hermano
que nunca. Apenas salí de reunión y habiendo hecho una semblanza de la
casualidad al P. Virtuoso, llamé a Carlos. Es difícil poder redactar lo que me
transmitió con esa llamada. Lo primero que dijo fue “No sabes lo orgulloso que
estoy de ti y del trabajo que haces”. Luego contó con detalles la experiencia
en la cabina de radio. El estaba fajado hablando de su tema cuando le dicen que
una señora va a hablar por teléfono al aire. Se llama Carmen y vive en Ruiz Pineda.
Carlos no podía creer cuando la señora dijo que hablaba como paciente del
Centro de Salud Santa Inés UCAB que ese día estaba de aniversario y que ella
debía hacer un agradecimiento público. Habló de nuestro trabajo, habló de la
dignidad, habló de nuestra conversación esa mañana. Carlos no se lo podía creer
y aún así luego de la llamada prosiguió con su entrevista. Ante la última
pregunta que le hizo el conductor del programa, la Sra. Carmen vuelve a entrar
al aire y termina de hablar maravillas de nuestro trabajo. Allí Carlos no pudo
más y dijo al aire algo así como “No puedo terminar de responderte esa
pregunta, esa señora está hablando de mi primo y su trabajo y sinceramente yo
estoy muy emocionado”. Ese día Carlos había llevado a su hijo de 8 años al
estudio, quien al salir del estudio le dijo: “Papi, ¿por qué estas llorando en
un programa de radio?”
Varias semanas después, dando mi acostumbrada vuelta por los pasillos
del centro de salud, una señora de cierta edad, sencilla pero elegante quien
esperaba unos resultados en el servicio de imágenes, al oír mi voz voltea y me
dice: “tú eres Bernardo”. Apenas me lo dijo, y sin haberla visto en mi vida le contesté:
“y Ud. es la Sra. Carmen”. Nos dimos un abrazo como si fuésemos familia y me
dijo que quería compartir una oración, un texto sencillo que ella recuerda
siempre y dice: “El poder y la energía de Dios están dentro de mí y son mi
fortaleza en todo momento”. Desde ese día, anotado en la hoja de una libreta
que pertenecía al P. Azagra, llevo conmigo ese texto guardado en mi bolsillo.
Recibir tanto amor y agradecimiento por parte de los pacientes del Centro de Salud Santa Ines, es una de las mejores y más gratificantes experiencias.
ResponderEliminarAsí es Humberto. Es lo más sabroso del trabajo. Saber que somos útiles y que la gente lo valora y agradece
EliminarNo son casualidades. Son encuentros entre personas que desean hacer el bien y lo proyectan en su trabajo. Necesitamos muchos Santa Inés, Bernardos, Carmen (es), Chuos y Carlos.
ResponderEliminarGracias Mafer. Un abrazo
EliminarPana, qué puedo decirte sino que "cada quien cosecha lo que siembra".... y eso funciona en todo ámbito, en toda circunstancia....
ResponderEliminarMil Gracias Joel. Asi es....
EliminarHermosísima historia y muy merecido reconocimiento, el trabajo de tu gente y el tuyo es impecable. Un gran abrazo
ResponderEliminarGracias Francisco. Igual digo de tu trabajo, tu dedicación y tu equipo. Uds también tienen miles de historias y de pequeñas vidas en las cuales impactan día a día
EliminarLa Sra. Carmen es una de las personas más bellas que he conocido en mi vida, doy gracias a Dios por aparecer un día en mi camino y también por haber parido a su hija, una de las mejores personas que existen en este mundo...
ResponderEliminarGracias a ti también por tan bonita labor, dentro de todo lo que pasa en Venezuela, también hay luz, esperanza y fe por parte de esas Carmenes, Carlos, Chuos, Bernardos...
Gracias Yolimar por tus comentarios.
EliminarQue bonito encontrar por aquí a gente que conoce a la Sra Carmen y me da ese feedback que demuestra que efectivamente estamos hablando de gente maravillosa de este país
Estimado Bernardo, estoy muy agradecida por esta linda historia, es muy valioso que a mis 80 años y siendo yo un ser anónimo me haya tomado en cuenta y dedicado este espacio de su tiempo. Estoy muy emocionada por este honor que me hace.
ResponderEliminarCon toda sinceridad le deseo que Dios le de mucha salud y éxito para que con su equipo siga al frente del Centro de Salud Santa Inés por muchos años, ayudando a tantas personas que como yo somos pacientes y agradecemos la calidad de sus servicios.
Siéntase orgulloso de la gran labor que emprende y sepa que nos hacen falta muchos Bernardos Guinand para gerenciar a Venezuela.
Un gran abrazo, bendiciones a toda su familia y un saludo especial a su primo Carlos Ayala,
Sra. Carmen Rada Guzmán, su amiga de Ruiz Pineda.
Que emoción mi querida Sra. Carmen de encontrarla por aquí.
EliminarSus palabras, deseos, bendiciones me alientan a seguir echándole pichón, a trabajar por esos venezolanos, que como Ud. merecen lo mejor y agradecen cada detalle.
Me emociona poder alegrar sus 80 años con nuestras cálidas conversaciones y poder brindarle en Santa Inés el servicio que se merece.
Dios la bendiga siempre. Agradezco mucho a Dios por todo lo que he recibido de usted.
Hola, siempre te oigo por radio...Dios te bendiga
ResponderEliminarBuenas noches Bernardo. No sé cómo llegué hasta aquí, pero toparme con tu blog fue para mi un momento de regocijo, primero porque disfruté leyendo algunas de tus anécdotas, historias y reflexiones y porque en la búsqueda de una frase que me sirviera para orientar a mi hijo, me encontré con la más acertada para mi búsqueda: “El poder y la energía de Dios están dentro de mí y son mi fortaleza en todo momento”.
ResponderEliminarTe felicito por tu loable labor frente al Centro de Salud Santa Inés, lugar que devuelve las sonrisas y esperanzas a muchos caraqueños desvalidos y también te felicito por tu gran espíritu altruista y filántropo, porque has demostrado que en verdad amas lo que haces, amas ayudar a otras personas y amas al ser humano con un gran espíritu de cristiandad. Pido a Dios para que personas como tú y la Hermana Pari, (a quien nombras y admiras en una de tus historias que compartes en tu blog) se multipliquen en este mundo, sobretodo en Venezuela y que Instituciones como la que diriges también se multipliquen y sean dirigidas por gente tan competente como tú y tu equipo de trabajo, porque sabemos que un palo no hace montaña y una persona no hace una institución. Que dios te bendiga siempre, para que puedas seguir ayudando a otras personas, bien sea desde el Centro de Salud Santa Inés, o desde la comodidad de tu sillón al final de un día de trabajo y con esa magia tan bonita y pintoresca, sigas escribiendo tus vivencias, anécdotas y reflexiones con frases ideales para buscadores como yo. Gracias y éxitos para ti, tu familia y tu equipo de trabajo.